martes, 22 de febrero de 2011

Qué atrevida es la ignorancia… sobre las vacunas

Tenía prevista una entrada explicando por qué una vacuna no nos garantiza completa y absoluta inmunidad contra todas las formas de una enfermedad. Pero este comentario me ha demostrado que hay que empezar de más abajo, con cosas básicas. Insultantemente básicas. Así que hoy desmontaremos algunos argumentos falaces, y en unos pocos días vendrá la otra entrada, la del tocho de bibliografía.
¿Cuáles son los ingredientes de cada una de las vacunas? Me parece raro que en la alimentación, piensos, abonos, pesticidas… se obligue a poner los ingredientes y en las vacunas que es más peligroso porque se inyecta directamente en el cuerpo no se hagan públicas. Los propios médicos y enfermeras desconocen su composición, ¿no te parece raro?
No me parece raro: simplemente es mentira. Si miras el prospecto que viene en cada cajita, lo verás. Si buscas la ficha técnica en la Agencia Española del Medicamento, también. Incluso Google lo sabe. Además, si los médicos y las enfermeras desconociesen la composición, ¿por qué le preguntan a cada enfermo si es alérgico a antibióticos? Es más: ¿qué tendrá que ver un antibiótico con la vacuna de la gripe? Ah, dudas…
Si se obliga a vacunar y mi hija enferma o muere a causa de la misma, ¿qué juez o estado se hace responsable de esto? (advierto que no quiero una suma millonaria a cambio de mi pequeña)
Si no la vacunas y tu hija se contagia, ¿te harás tú responsable del tratamiento de la enfermedad y las secuelas? Y si tu hija rompe la inmunidad de rebaño y es un eslabón de la cadena de transmisión, ¿indemnizarás a las personas afectadas? Aparte, qué coño: ¿realmente hace falta explicar que matan más las enfermedades prevenibles que sus vacunas?

viernes, 18 de febrero de 2011

Cartera de vicios y servicios

Ser ganglio y médico centinela de tus noches


en vela. Esnifar Rayuela. Auscultarte el alma,

con gripe y calma. No perdonarle el foco

mitral a una mujer fatal. Redactar una circular

de cordón. Ceder el asiento a la famélica legión.

Ponerte tiritas en el corazón.

¿Cuántos artículos, insuficiencias investigadoras,

mentiras en el currículo, rosarios de la aurora,

cartas de recomendación, novenas de la

veintena, partes de confi rmación, reducciones

de pecho y condena, certifi cados para la natación,

hay que escribirte para que antes de la

muerte (soy médico, pero también paciente),

me des aunque sea sólo un muerdo, para vivir

del recuerdo? Por Rober, R4Dedos de Prosperidad