Ser ganglio y médico centinela de tus noches
en vela. Esnifar Rayuela. Auscultarte el alma,
con gripe y calma. No perdonarle el foco
mitral a una mujer fatal. Redactar una circular
de cordón. Ceder el asiento a la famélica legión.
Ponerte tiritas en el corazón.
¿Cuántos artículos, insuficiencias investigadoras,
mentiras en el currículo, rosarios de la aurora,
cartas de recomendación, novenas de la
veintena, partes de confi rmación, reducciones
de pecho y condena, certifi cados para la natación,
hay que escribirte para que antes de la
muerte (soy médico, pero también paciente),
me des aunque sea sólo un muerdo, para vivir
del recuerdo? Por Rober, R4Dedos de Prosperidad
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